20.2.15

Irlanda.


Irlanda.

Tierra de innumerables castillos y fábulas asombrosas.

Os invito a recorrer su capital, Dublín, con sus abarrotadas calles, y continuar por Connemara, situada entre la cordillera de Twelve Bens y el Atlántico, Irlanda al natural, y respirar el aroma de la flor de montaña de Connemara.
La ciudad de Galway, una de las más atractivas de Irlanda. La ciudad de Cork, subir los 126 escalones que llevan a lo alto de la iglesia de Santa Ana, donde tirar de las cuerdas de las campanas, mientras te entretienes con el divertido humor de sus habitantes. La Medieval ciudad de Kilkenny, donde visitar el famoso castillo normando o la escalofriante Abadía Negra. Recorrer el condado de Clare  y sorprenderte con la verticalidad de Los Acantilados de Moher (fondo de paisaje de películas como Harry Potter y el misterio del príncipe y La princesa prometida) o  El dolmen de Poulnabrone, un antiguo enterramiento del periodo neolítico, que se encuentra en el Burren. Irlanda es un país asombroso con gente maravillosa.




Dublín.

 

Como mínimo divertido, pasear por las congestionadas, grises y mojadas calles de Dublín (Hasta en verano, no te puedes olvidar del chubasquero y una cazadora) dónde cada puerta de cada edificio de ladrillo es de un color diferente.

Según la guía, solo hace falta media hora para recorrer Dublín y ver todos los lugares importantes. Yo, desde luego, prefiero recrearme mucho más tiempo en cada lugar que visito. Lo mejor de Dublín y de Irlanda en general, son sus pubs, tanto si te gusta la cerveza como si no. El ambiente es genial. Gente amable, cálida y música en directo. Por algo la llaman “la ciudad de las mil bienvenidas” No te puedes ir de Dublín sin entrar en alguno de sus pubs. Los irlandeses tienen un carácter parecidísimo a los valencianos, casi diría que hablan cantando también. La misma voluntad humanitaria y el mismo estilo de humor, un pelín irónico, ¡No saldrás de un pub irlandés sin haber hecho amigos nuevos!

Por recomendar alguno, el más centenario, El Temple Bar está situado en el barrio que lleva el mismo nombre, en el centro de Dublín, en una zona con calles adoquinadas y edificios del siglo XVIII donde es posible ver actuar a titiriteros, juglares y músicos que con sus actividades dan a este barrio un ambiente festivo permanente, creando una atmósfera muy particular.

Lugares que visitar: en el centro de Dublín.

Saint Patrick's Cathedral.

Preciosa catedral, junto al Patrick's Park y el cementerio con sus cruces celtas, realizada totalmente en piedra. Es colosal.

Muchos personajes históricos están enterrados  allí como Jonathan Swift (escritor de “Los Viajes de Guilliver”) también hay varios monumentos conmemorativos dedicados a soldados caídos en diferentes contiendas.

 Saint Patrick's Day. El Desfile del Día de San Patricio, 17 de marzo, en Dublín, capital de la República de Irlanda, forma parte de un festival que dura cinco días. Conmemora la llegada del Cristianismo a Irlanda y el fallecimiento de San Patricio (misionero, predicador y religioso considerado el introductor de la religión cristiana en la isla.)

Dublinia es un museo interactivo que invita a sus visitantes a realizar un viaje al pasado para conocer Dublín durante la época vikinga y la Edad Media ¡Muy interesante!

Dublin Castle.

Al sur del rio Liffey se encuentra el Castillo antiguamente utilizado como lugar de asentamiento de los vikingos. Luego fue fortaleza militar, residencia real, sede del Tribunal de Justicia Irlandés, y sede de la Administración Inglesa en Irlanda. El Castillo de Dublín es utilizado, hoy en día, como lugar para la celebración de las recepciones estatales. Situado en pleno corazón de la ciudad, es visita obligada.


Zona de compras: al norte y al sur del río Liffey.  Y digo al norte y al sur del rio porque el Liffey atraviesa Dublín de oeste a este hasta desembocar en el Mar de Irlanda. Aunque visto lo que vi, entiendo que a los dublineses no les parece muy interesante la moda, sí que es interesante pasear por   Grafton Street.

Situada entre la Universidad Trinity College (con edificios que datan del siglo XVI, cuya visita es muy interesante) y el parque St stephens Green. Grafton Street es una de las calles peatonales más importantes y concurridas de la ciudad.  Llena de tiendas y centros comerciales. La avenida donde están las marcas de ropa más reconocidas, desde las más caras hasta las más baratas, así que, hay para elegir. Siempre hay shows de artistas callejeros, músicos, etc…creando un ambiente especial. Allí puedes encontrar buenísimas creperías y puestos de fish and chips (El fish and chips es una comida típica de las Islas Británicas)

 Guinness Storehouse.

Podríamos definirlo como el Disney Land de la Guinness. Te lo cuentan todo, desde cómo se elabora la Guinness hasta su historia y otras cosas del mundo de la cerveza. Pero además te enseñan a degustar la Guinness y a tirar tu propia pinta que, por supuesto, después podrás beberte en el Gravity Bar. Eso sí, la visita te ocupa unas dos o tres horas, así que hay que planificarse el día ¡La terraza tiene una vista panorámica impresionante!






 Limerick.

 

Yo visité Limerick, cuidad fundada por vikingos en el siglo IX, un año después de que el irlandés Frank McCourt, pusiera a la ciudad en el mapa tras ganar el Premio Pulitzer con su novela “Las cenizas de Ángela”. Y ya había un recorrido oficial por la ciudad llamado “Las cenizas de Ángela” (jeje, el que no corre, vuela) el cual realiza una excursión por los lugares destacados de la novela.





Descubrí en Limerick una ciudad bulliciosa con una hermosa arquitectura georgiana. Su maravilloso mercado en Cornmarket Row, el Milk Market, lleno de color, divertido, enérgico, con restaurantes temporales que se abren para eventos especiales, alimentos de producción artesana, antigüedades, música y arte…para perderse durante horas (Inevitable llevarse de souvenir un Leprechaun, una criatura de la mitología irlandesa relacionada con las hadas. Quizá para que te dé suerte…)

Y luego entrar a algún pub o café a tomar una “Pinta” o un “Black Coffee”
Algo que me resultó chocante es que los pubs irlandeses a toda hora están llenos, por las mañanas con ancianitas tomándose sus Guinness o sus pintas, lo vi mientras yo me tomaba mi black coffe del desayuno. Por la tarde por jóvenes estudiantes. Después del trabajo, se reúnen los compañeros de profesión a tomarse una o dos pintas antes de volver a casa. Y hacia las ocho o nueve de la tarde, después de cenar se reúnen en el pub a charlar y beber…por lo que siempre hay ambiente.


En el corazón medieval de la ciudad, con vistas al rio, está El Castillo del Rey Juan. Uno de los castillos medievales mejor conservados de Irlanda. Es relajante dar una vuelta por el precioso paseo al margen del rio Shannon con bancos para sentarse y disfrutar de la vista de sus aguas y el paisaje. Aunque, te voy a contar lo que me aconteció una mañana a la hora del lunch…Estaba almorzando con otros monitores (porque a Irlanda me fui de monitora de un grupo de alumnos del Colegio Iale) y a eso de las 12 del mediodía, cuando la marea estaba baja, divisé un bulto encallado en el islote central que bifurca el rio. Dejé a un lado el sándwich que estaba comiendo y pregunte: ¿Qué es eso? Un saco, una piedra… ¡Un hombre!  Hicimos fotos, avisamos a la policía (nos informó que el día anterior un hombre se había precipitado a las aguas del rio y andaban buscándolo desde entonces) y a continuación, ni cortos ni perezosos, nos fuimos al periódico local por si les pudiera interesar, donde revisaron nuestro carrete de fotos y nos las compraron por unas pocas libras…Así que al día siguiente, cuando dieron la noticia del hallazgo, la foto que salía al lado era nuestra.


Ya puestos a contar anécdotas…Una de las noches, fuimos a un pub del centro de la ciudad a pasar un rato y en el sótano del local se encontraban los billares. Esperamos a que los chicos que estaban jugando se fueran y ocupamos la mesa, y para suerte nuestra nos habían dejado una moneda de 20 peniques ¡justo lo que costaba una partida! Así que la metimos en la ranura, sacamos las bolas y nos pusimos a jugar. Minutos más tarde llegaron tres gigantes irlandeses con apariencia heavy (pelo largo, camisetas negras con mangas cortadas, tatuajes, a uno le faltaban varios dientes…) y, muy serio, uno de ellos pregunta: ¿Where is my coin? (Dónde está mi moneda) Bueno, bueno…, me comenzaron a temblar las piernas. Solo sé que pensé, ¡de esta no salimos! ¡Y encima estaban bloqueando la salida!…Pero al instante, y viendo nuestra cara de desamparo, comenzaron a reír y nos retaron a una partida (A la que no tuvimos la osadía de negarnos) Mientras, nos explicaron que dejar una moneda en la mesa significaba que la reservaban para jugar a continuación. (Costumbre que aprendimos y adoptamos rápidamente) De seguido, tras terminar la partida nos invitaron a ir con ellos a un local, insinuando que no aceptaban una negativa, aceptamos. Pidieron dos taxis  y le indicaron una dirección en la parte baja del río (dado que nos habían advertido de no ir a esa zona del rio por la noche…comencé a transpirar por todos los poros de mi piel) mis compañeros y yo nos mirábamos recelosos. (He de decir que me escondí mi dinero dentro del calcetín, entre mi pie y el zapato…sin pensar que, que me robaran era lo mínimo que me podía pasar…Llegamos a un edificio de ladrillo rojo envejecido que tenía un farolito encendido iluminando una puerta lacada en un rojo brillante. Bajamos del taxi, ocultando nuestra angustia, acompañados por aquellas tres moles. Uno de ellos llamó a la puerta. Ahí, he de confesar que, pensé, ¡Ay, dónde nos hemos metido! Pero cuál no sería nuestra sorpresa, que al abrir la puerta nos encontramos con un gran local restaurante donde muchas familias estaban cenando y estos tres chicos, acompañados de algunos más, formaban la banda de música gaélica que iba a inundar el ambiente en breves instantes. Acabamos bebiendo una pinta, a la que nos invitaron, y pasando una entretenida velada.

¡La gente irlandesa es la leche!     



Además de la música (de la que puedes disfrutar en cada local, pub o rincón de la ciudad), la cultura (innumerables museos como The Hunt Museum o Limerick City Gallery of Art) y el deporte (el Munster es el equipo de rugby de la ciudad) son parte importante de la vida de Limerick.

 

Yo ando buscando mi Leprechaun, debí guardarlo tan bien que no lo encuentro…, y la verdad, me apetece tener la buena suerte cerca. Aunque para buena suerte, caerse dentro de una cuba de agua bendecida por los Dioses en una isla de Indonesia… (He de confesar que soy un poco patosa) pero eso ya os lo cuento en otro ratito.




















Milán

¡Por fin una escapada a Milán! después de tantos años que lleva proponiéndome la experiencia mi querido amigo Claudio. Sí, es cierto, quiz...