10.11.14

Cayo Coco.


CAYO COCO

Este cayo está unido a la isla de Cuba por medio de un camino artificial, denominado pedraplén. Los flamencos salvajes siguen viviendo en las aguas poco profundas que lo rodean y pueden ser vistos frecuentemente, hasta dentro de los jardines de los hoteles. La isla posee su propio aeropuerto internacional, el Aeropuerto Internacional de Jardines del Rey. Parece ser que el nombre de Jardines de Rey, como se denomina a toda la zona, según la leyenda, fue precisamente por la exuberante naturaleza de cayos como Coco, Guillermo y Paredón Grande, que llevó a Diego Velázquez a nombrar así a este lugar, en homenaje al monarca español Fernando El Católico. ”Los Jardines del Rey”
Yo llegué con mis acompañantes en avión, bueno, si se le puede llamar así a una cafetera destartalada que creí que se desmontaba antes de aterrizar, jaja. Pusimos pie en el aeropuerto, por denominar de alguna manera a aquella choza con techo de cañizo, donde nos recibieron con un cuarteto tocando animada música salsa. Pasamos nuestro equipaje por el escáner de maletas tras el que observaban tres empleados muy atentos al monitor. Cuando las recogimos nos dimos cuenta que el cable estaba desenchufado, y por tanto, el monitor apagado. No me podía creer que estuvieran haciendo el paripé! Me dio la risa. A continuación, varios amables nativos se ofrecieron a llevarnos la maleta, hasta el taxi, autobús (o lo que sea que esté esperando) a cambio de algunas monedas. (Ojo con esto! Porque una vez tengan tu maleta en su mano estás en desventaja. En fin, recomiendo llevar la maleta uno mismo.


Hacer submarinismo cerca de la barrera de coral de más de 400 km, resulta ser una actividad súper atractiva. Pasear a caballo sobre las blancas arenas a lo largo de toda la costa de excelentes playas, complementadas con una vegetación de manglares y cocoteros bellísima, o recorrer la isla en bicicleta, también es una buenísima opción.


Tan divertido como salir a pasear en catamarán. Aunque está prohibida la pesca de langosta, he oído que, les ofreces 10 dólares y no sólo la pescan, también te la cocinan.

Cayo Coco presenta una gran oferta de hoteles de primera categoría, lagos artificiales, piscinas y todas las propuestas de entretenimiento, animación y servicios posibles en medio de un ambiente apenas alterado por la presencia humana.
Como anécdota te contaré, que al llegar al complejo hotelero (X), teníamos una habitación estándar reservada, pero una vez en el hall del hotel le preguntamos al recepcionista si podríamos pasar a una superior o Bungalows (tipo cabaña sobre el agua), nos dijo que no era posible y nos pidió los pasaportes para el registro. Metimos 20 dólares en el pasaporte que le entregamos al recepcionista diciendo: “Podría mirarlo de nuevo por favor…” Su respuesta después de cotejarlo con el ordenador y guardarse los 20 dólares, fue: “Efectivamente, aquí lo tengo, bungaló número 25” con desayuno en la habitación todas las mañanas. Ja,ja, te lo cuento tal y como pasó. A  base de propinas y pequeños extras consigues lo que quieras…, pero esto no solo me pasó en una isla de Cuba, sino que algo parecido me sucedió en el “Hilton” de N.Y. Pero eso te lo cuento en otro momento…













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