28.5.15

Budapest.


Budapest:

 

Budapest es la capital de Hungría y su ciudad más poblada. Budapest es la ciudad de las sorpresas y las maravillas, llena de secretos por descubrir donde aburrirse no es una opción. Es una ciudad con muchísima historia a sus espaldas.

Las familiares y estrechas calles de esta ciudad,  denominada “el París del Este”, son perfectas para pasear. 

Budapest, apodada también “la perla del Danubio”, por el rio que la atraviesa. (El río Danubio es el segundo más grande de Europa, después del Volga. Atraviesa ni más ni menos que diez países: Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Serbia, Rumanía, Bulgaria, Moldavia y Ucrania. Por si fuera poco, su cuenca se extiende también por Italia, Polonia, Suiza, la República Checa, Eslovenia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, la República de Macedonia y Albania) En su margen izquierdo está la ciudad histórica de Buda, en la ribera occidental, sobre una estrecha meseta de tierra caliza que forma la colina del Castillo, al sur se encuentra el monte Gellért y al norte Óbuda, la antigua ciudad de Buda. En su margen derecho, al este, Pest, de origen más reciente, que se extiende hacia la llanura panónica húngara. Ambas partes han logrado conservar características propias y diferentes…


*Buda, pertenecía a la Corte de Hungría, por lo que se convirtió en el centro administrativo del imperio. Era zona de nobles, artesanos  e industria. Buda parece hoy anclada en el pasado, mientras que Pest que siempre fue, sobre todo, una ciudad de comerciantes, es un animado centro financiero y comercial con modernos edificios y hoteles. Pero lo cierto es que pasear por las calles empedradas de Buda es una relajante y recomendable experiencia, una sencilla manera de olvidarse del mundanal bullicio por un rato.

Para subir la colina del Castillo, es una buena idea coger el  (funicular) Sikló de Clark Adám Tér, ubicado en el extremo oeste del Puente de Cadena, en la parte de Buda cuyo paseo os proporcionará unas vistas espectaculares durante el recorrido. Edificios de diferentes colores pastel con fachadas decoradas con blasones y otros elementos románticos, góticos o barrocos, calles adoquinadas y, bajo ellas, cuevas, sótanos, pasadizos, celdas y manantiales que se extienden a lo largo de más de 1.200 metros, el Laberinto del Castillo de Buda, ahora convertido en atracción turística, ha tenido muchos usos a lo largo de su historia, por ejemplo hospital utilizado en las diferentes guerras (Recomiendo que llevéis alguna chaqueta, ahí abajo hace frio!) Una vez arriba, imprescindible visitar el imponente Palacio Real (que data del s. XIII y fue reconstruido después de la II Guerra Mundial), sus tres museos, los restos de la residencia de los reyes de Hungría, las tumbas turcas situadas bajo un algarrobo (herencia de ciento cuarenta y cinco años de ocupación otomana en Buda) La fuente de Matías, Se encuentra en uno de los patios del Castillo de Buda. Esta fuente representa una alegoría de la caza, concretamente el momento en que el rey Matías Corvino (el más justo de los reyes húngaros), después de un día de caza, se enamora de Ilonka (Elena) y ella de él, sin saber que era el rey…Vamos, vino a ser, lo que llamamos un flechazo. Se hicieron amantes y tuvo un hijo con ella, al que reconoció como legítimo, ya que nunca tuvo hijos con su esposa. Existe el bulo de que si tiras una moneda (siempre que haya agua en la fuente, a veces está seca, como ocurrió en mi caso) encuentras el amor verdadero…

Llegamos al antiguo mercado medieval, llamado ahora, Plaza del Desfile, con el monumento Honvéd (que conmemora la toma del castillo por los húngaros durante la revolución de 1848) La Calle del Tesoro, El Museo de la Farmacia (donde podemos visitar una botica del s. XVII y un laboratorio de alquimia. La Iglesia de Matías y,
por supuesto, El Bastión de los Pescadores, un edificio neorrománico con siete torres que simbolizan las siete tribus magiares (húngaras) que conquistaron el país. Su nombre viene de la Edad Media cuando la cofradía de pescadores era la encargada de  defender esta parte de la muralla del castillo. Ahora es un mirador desde donde puedes observar todo Pest.




*En esta zona del castillo, se realiza todos los años, en agosto, el Festival de Arte y Artesanía donde se muestran y se venden piezas de todo tipo, puedes probar comida húngara y flota en el aire música folklórica  adornada con bailes populares…En fin, espectacular! Se te contagia la alegría de los lugareños irremediablemente.


*Los habitantes de Budapest, aunque había escuchado, más de una vez, que eran algo pesimistas y quejicosos, a mí me pareció justo lo contrario, me sorprendieron con su amor a la vida y su humor positivo. Su carácter alegre y divertido pero, a la vez, con altas dosis de espiritualidad, dedican mucho tiempo a la autoeducación. Me llamó la atención su particular atención por guardan las tradiciones multiseculares de sus antepasados. Muchos llaman a Budapest la ciudad de bailes y música, y es cierto que durante el año, en la ciudad, tiene lugar gran cantidad de fiestas y festivales nacionales. Es por lo que yo creo que no pierden el dinamismo que les caracteriza y, hoy por hoy, aunque parezca paradójico, su viveza y alegría está más acentuada que nunca, adaptándose a marchas forzadas a la nueva situación consumista que es esperanzadora. El elemento folclórico, como las danza húngaras, las orquestas zíngaras y el gulasch, es lo primero que vemos los turistas. Los lugareños también gozan de un  habitual modo de vida sano, prima el deporte, los baños, los masajes… Yo creo que precisamente por esto, los habitantes locales son muy amables, saludan en todas partes y a todo el mundo, incluso a los desconocidos en el transporte público, al cruzarse con los ciudadanos o los turistas en la entrada de las tienda o en las cafeterías…,por la calle al vecindario…ja, ja, es cierto!

Seguimos en Buda…

Tuve la suerte de alojarme en el Hotel Hilton, aquí en la parte de Buda, un edificio moderno que contrasta con los restos de la iglesia y la abadía dominicanas con las que se funde, textualmente, pues las paredes de los pasillos del hotel que dan a la abadía, son las paredes de piedra de la propia abadía y por los ventanales, asomas la vista a su patio interior, arrinconado por el hotel, donde en verano organizan conciertos al aire libre. Lo cierto es que es algo muy original.

*Los famosos Baños Gellert, en el Hotel Gellert, al sur de la parte de Buda, cuyo exterior es un buen ejemplo del estilo Secesión húngaro mientras que el interior, construido en lo que era el antiguo invernadero del hotel, es de estilo Art Decó, con vidrieras, balcones, columnas rosas y cerámicas. *Mi paso por allí fue un poco inusual, pues no dejan visitar las piscinas y jacuzzis vestido, solo en bañador y yo no llevaba…, no sé cómo lo hice (creo que me colé aprovechando un despiste del recepcionista) pero me recorrí todo el interior totalmente vestida mientras miradas confundidas me observaban…, flotaba en el aire un sentimiento de bienestar único, alguna que otra persona se dejaba masajear por un coloso magiar de impresionantes bigotes y recias manos untadas en aceite (yo no me habría dejado, porque me rompe seguro) otros echaban una partidita de ajedrez flotante…,en fin, me encantó el lugar ¡la próxima vez no se me olvida el traje de baño!


Pest.

Dejamos el balneario y cruzamos el Puente de la Libertad, que nos lleva al Mercado Central. El mercado central (Nagycsarnok) es una de las visitas imprescindibles. Manjares como: paprika (el pimentón más típico de la cocina de todo el país), salami húngaro o foie, podemos encontrarlos allí.  Pero también, podemos ir solamente para dar una vuelta y ver el ambiente y el magnífico edificio de hierro forjado y cristal o para comprar recuerdos típicos.  Pero también, hay que visitar los mercados de la plaza Lehel y de la calle Fény para probar comida húngara  como por ejemplo el lángos (una especie de pizza hecha con pasta de patata y otros ingredientes)¡riquísima!

En Pest, la reciente edificación ha hecho desaparecer  gran parte de la antigua y elegante ciudad neoclásica. Pero aun así, es una parte preciosa y muy dinámica. Ya de lejos, se divisan las dos torres poligonales que flanquean la entrada a la Gran Sinagoga, situada entre la calle Dohany y wesseleny, la segunda más grande del mundo. Este edificio de aire moruno acoge el Museo Nacional Judío y el Monumento del Sauce Llorón (en recuerdo de las víctimas del Holocausto) foto1

Seguimos, siempre hacia el norte, y llegamos a la Plaza de la Libertad, en cuyo centro se yergue un obelisco que es el único monumento soviético que permanece en su emplazamiento original. A continuación llegaremos al

*Parlamento, un edificio grandioso, a orillas del Danubio, representativo del eclecticismo del siglo XIX, inspirado en parte en el Parlamento de Londres. Constituye una de las obras arquitectónicas más notables de Budapest. Sus grandes protagonistas son Las Joyas de La Corona.

De camino a la Plaza de los Héroes(foto2), recomiendo ir por la Avd. Andrássy, porque es uno de los paseos más bellos del mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad. Palacio de la Ópera Nacional Húngara (construido al estilo renacentista italiano) *La fachada y la decoración interior del edificio de la Ópera, no nos la podemos perder. El Teatro de la Opereta, Museo Ferenc Liszt, Casa del Terror, (sede de la temida policía secreta)…

*La ciudad está llena de cafés interesantes, muchos de ellos históricos, pero en esta calle hay lugares perfectos para hacer una parada y descansar de la caminata.

Alexandra Book Café, una librería magnífica en la avenida que en la parte superior tiene un café lleno de dorados, marquetería y frescos restaurados, en el que a veces se dan conciertos.

El Café Mozart, cuyo ambiente nos transporta al pasado, donde poder tomar una taza de “sopa negra” (el café que los húngaros aprendieron a hacer de los Turcos)

O probar la deliciosa repostería, como el postre nacional, las palacsintas (crepes rellenas) o rétes, que llegaron de manos de los otomános, (milhojas relleno de manzana, amapola o queso blanco) el somlói galusca (pastel esponja)

También está la calle Váci Utca, ineludible calle peatonal para los turistas aficionados a las compras y lleva a la Plaza Vörösmarty tér, plaza amenizada por músicos y pintores a toda hora donde se encuentra el Café Gerbeaud, es el más apreciado de la ciudad, cuyos pasteles son un deleite para el paladar.

Llegamos a…

La Plaza de los Héroes (donde tendremos el privilegio de visitar los fantasmas del comunismo) tiene en su centro el Monumento del Milenario, rematado por el arcángel San Gabriel elevándose al cielo. Cerca está el zoológico, el Jardín Botánico y el Parque de Atracciones. Pero también tenemos cerca el famoso restaurante Gundel, situado en el Bosque Urbano, (este restaurante es toda una institución) donde el lamento de un violín cíngaro, aliña nuestra comida con una gota de melancolía y sin darnos cuenta Budapest práctica sus embrujos en el aire que respiramos, y quedamos prendados para siempre del romanticismo que flota sobre la ciudad.

Platos típicos:

Los pogácsa (bocaditos salados)

El inevitable Pörkölt (gulasch)

El csülöck (codillo de cerdo)

El Paprikás csirke (pollo al pimentón)

También, el pescado de río es una especialidas de la cocina húngara: el lucioperca.

Vinos:

Tokaj Aszú (como dijo Luis XIV:” el vino de los reyes y el rey de los vinos”)

Balatron.

Productos típicos:

Los bordados de Transilvania.

La porcelana de Herend

Los juegos de ajedrez (que reflejan la pasión nacional por este deporte)

El aguardiente de albaricoque

El salchichón, salami o foie-gras.

Curiosidades:

*Algo divertido y original es descender el río en barco, con espectáculo de luz y sonido incluido.

*La isla Margarita, el corazón del Danubio, a la que se llega por el Puente Margarita. Es ideal para hacer una excursión romántica, pasar un rato en el balneario Palatinus, visitar las ruinas del convento dominico, o dar un paseo por el jardín japonés y, si es verano, deleitarse con una de las óperas que se representan en el teatro al aire libre.




*Hoteles terapéuticos y de wellness ofrecen sus servicios de alto nivel para regenerar el cuerpo y el espíritu cansados, para disfrutar y desconectar, ya era bien conocido en la época de los celtas, y los romanos El tesoro del agua termal de la parte de Buda

* También tienen renombre los Baños Széchenyi, los mayores de Europa(al final de la Avenida Andrasy).

* Otra de las cositas por las que destaca la capital de Hungría es por su fantástica porcelana, la cual la podremos encontrar en las tiendas de las tres principales manufacturas de la ciudad: Zsolnay, Herend y Hollohaza.

*La noche húngara es muy marchosa. Ahora están en auge los llamados “bares-ruina” o “ruin-bar” en el barrio de Erzsébetváros y en el Barrio judío, es algo diferente porque son edificios medio en ruinas  reinventados en locales de música.

*La Basílica de san Esteban  es la iglesia más grande de Budapest, con torres neoclásicas flanqueando el pórtico. Desde lo alto de su cúpula podemos disfrutar de una bellísima vista panorámica de Pest.

 *El clima de Hungría: veranos cálidos, inviernos crudos.

*Fiestas:

Febrero: Carnaval de Budapest.

Marzo: Festival de Primavera.

Agosto: Festival de verano de ópera y ballet.  Fiesta de Artes y Oficios. Feria de artes populares.

Septiembre: Festival de vinos.

Octubre: Semana de las Artes de Budapest.

Milán

¡Por fin una escapada a Milán! después de tantos años que lleva proponiéndome la experiencia mi querido amigo Claudio. Sí, es cierto, quiz...