22.5.15

PRAGA.


Praga:

Praga, la capital de la República Checa y capital de la Región de Bohemia, es una ciudad que parece sacada de un cuento de hadas. Callejones góticos, arcos e iglesias, puentes y estatuas, edificios barrocos y renacentistas, bares, clubs y restaurantes para disfrutar en cualquier época del año y a cualquier hora. Con plazas tan románticas como la de Malta, con sus arcadas bajas y sombreadas, donde casi esperas ver pasar una silueta, con capa ondeando al viento, de algún noble.  Praga, solo nombrarla, con su a lenta, larga y majestuosa, invita a soñar…

El puente de Carlos, el castillo o la catedral de San Vito son visitas imprescindibles, pero también, la plaza de la Ciudad Vieja, el Ayuntamiento en cuya fachada se encuentra el Reloj Astronómico, el reloj medieval más famoso del mundo, el Clementinum (Klementinum) un maravilloso complejo de edificios del siglo XI, que cubre dos hectáreas de la ciudad vieja donde está situada la Iglesia de San Clemente, de donde deriva el nombre del complejo. Primero fue un monasterio de los Dominicos y  después fue ocupado por los Jesuitas hasta que el emperador reformista José II decretó en 1773 la abolición de los monasterios y la expulsión de las órdenes religiosas, entre ellos los Jesuitas, y cuenta la leyenda que estos religiosos antes de abandonar la ciudad escondieron un tesoro entre las paredes de aquellos edificios.
El tesoro del Clementinum nunca fue encontrado... Bien sea porque nunca existió o porque permanece bien oculto en alguno de los muros del enorme complejo. Será cuestión de ir a probar suerte…con pico y pala al hombro…jaja.

El castillo en lo alto de la colina, es uno de los palacios más grandes del mundo y, lo cierto es que, impresiona. Es para los checos el símbolo político y espiritual del país. Al lado, La catedral de San Vito, donde fueron coronados, y algunos sepultados, los Reyes de Bohemia. El Palacio Real, residencia de los Reyes de Bohemia (Ahora Parlamento). También se encuentra, entre estas edificaciones, uno de los museos más bonitos de Praga, para mi gusto, El convento de San Jorge, solo por su arquitectura es digno de visitar pero además expone las colecciones de arte checo antiguo de la Galería Nacional. Una de las callejuelas que rodea el castillo, está bordeada de minúsculas casas de colores que parecen estar construidas para duendes invisibles, se llama “La callejuela de Oro” porque, dice la leyenda, que el emperador Rodolfo II, apasionado de las ciencias ocultas, instaló en ellas los laboratorios de sus alquimistas en el siglo XVI, empeñado en la búsqueda de la piedra filosofal, con la que se era capaz de lograr la habilidad para transmutar el plomo en oro o encontrar el elixir de la vida eterna…En realidad en estas casas se instalaron los orfebres y posteriormente, los intelectuales como por ejemplo Kafka que vivió en el número 22. Hoy por hoy alojan librerías y tiendas de souvenirs, y es uno de los sitios más visitados de Praga.

¿Qué comprar? Juguetes de madera, marionetas que representan personajes legendarios…Cristal de Bohemia, grabado o tallado a mano (recomiendo adquirirlo en tiendas especializadas para evitar imitaciones).

*El Praguense es en general de carácter tranquilo, cerrado, de los que no conoce impulsos febriles, como escondiendo un secreto, como la propia ciudad. Su carácter, en parte, es una forma de protegerse de la gran afluencia de visitantes. Ten en cuenta que Praga, en la época de primavera- verano, es una de las ciudades europeas más visitada. La calidez interior de los praguenses solo se exterioriza cuando las sonrisas han generado confianza. Pero hay una costumbre que juega a nuestro favor, y es que en bares y restaurantes se suele compartir mesa por lo que es fácil entablar conversación. Los checos en general son muy respetuosos y educados. Al echar un párrafo con un praguense descubres que, además de la cerveza y el vino, los praguenses consumen muchísima cultura, teatro, conciertos, espectáculos. Lógicamente, los jóvenes checos se abren al mundo y son mucho más sociables que sus mayores a los que les costó adaptarse al nuevo orden capitalista. Aun así,  la creatividad de los praguenses se palpa en el aire, para sentirla vibrar hay que visitar los bares de Praga, porque todavía hay, como a principios de siglo, cafés literarios o cafés galería.
Praga. La ciudad de las cien torres, la ciudad de oro, la ciudad eterna… Patrimonio de la Humanidad, romántica, laberíntica, medieval…Como ya he dicho, de cuento. Praga es una hondonada rodeada de montañas, con numerosos jardines y parques que dan a las callejuelas un ambiente campestre. Praga es, quizá, la más bella y completa de las ciudades barrocas, pese a que cada época ha dejado tesoros arquitectónicos en la ciudad y el gótico, el barroco y el modernismo se mezclan en una armoniosa composición. Praga es una ciudad para disfrutar de día y de noche cuando magníficas luces y sombras confieren a la ciudad un entorno único, lleno de vida y arte. Recorrer sus calles y disfrutar del típico ambiente checo en alguna de sus famosas cervecerías o aprovechar y tomar un café o un chocolate caliente en el Café Louvre, donde antaño se lo sirvieron, por ejemplo, a Franz Kafka o a Albert Einstein, puede resultar una experiencia para el recuerdo… Porque no  olvidemos que Praga fue encrucijada de tres grandes pueblos: de checos, alemanes y judíos, lo que dio lugar a principios del siglo XX a una formidable revuelta cultural con una gran cantera de artistas en la que cabe destacar a Kafka y su técnica literaria, con su inquietud espiritual penetrante y un estilo profundamente innovador, a la vez lírico, dramático y melodioso. (El término 'kafkiano' se aplica a situaciones sociales angustiosas o grotescas.)
*En Praga hay múltiples museos que escudriñar: El Museo de W. A. Mozart(que contiene el piano y el clave que tocó el artista) el Museo Nacional, el Museo Judío, el museo de Cera, o la Villa Müller, para los amantes de la arquitectura (cuya construcción finalizó en el mismo año que Villa Savoye de Le Corbusier (máximo exponente de la arquitectura moderna del siglo XX) en Paris o la Mansión Tugendhat de Mies van der Rohe en Brünn, Villa Müller fue encargada a Adolf Loos por el empresario Dr. Müller František. Es, sin duda, un ejemplo perfecto de  revolución en la arquitectura. En ella se aprecia cómo rompe con la clásica ordenación vertical de los pisos y crea habitaciones a varias alturas y espacios únicos, unidos por escaleras o elevador y ordenados alrededor de un eje imaginario.

*Pero bueno, si hablamos de edificaciones, la que me encantó es la denominada Ginger and Fred. Situado en la plaza Jiráskovo, es uno de los últimos edificios vanguardistas de Praga. Su forma evoca a dos bailarines entrelazados. En lo alto del edificio está el restaurante “La Perle de Prague” un restaurante francés muy chic.

 Súper recomendable, dar un paseo por el jardín barroco Vrtba, uno de los oasis más bonitos de Praga. Se trata de un pequeño jardín churrigueresco ubicado en el centro de Malá Strana, pero es que Malá Strana es un barrio pequeño de tejados rojo oscuro, cuyas callejuelas empinadas y de pavimentos desjuntados, tienen un montón de recovecos, plazas intimistas, palacios y jardines secretos que invita al vagabundeo apacible… y por supuesto La iglesia de San Nicolás, obra maestra del barroco praguense. Un lujo arquitectónico para nuestros ojos, por dentro y por fuera, cuyo órgano barroco que hay en el interior lo tocó Mozart. Una curiosidad.

La ciudad de Praga está dividida en dos por el río Molvada, si miras a un lado se encuentra la Ciudad Nueva y la Ciudad Vieja, y si volteas tu mirada al otro lado del rio, está presidida en su cumbre por el gran Castillo Real, al que se accede a través del majestuoso Puente de Carlos, siempre poblado de músicos y artistas.

La Ciudad nueva es el pulmón de Praga. Un barrio de negocios, con excelentes casas de estilo Secesión (versión local del Art Nouveau)como la Casa Municipal de Praga ( Que se encuentra en el punto entre la parte vieja de la ciudad y la parte nueva, y fue el escenario de la histórica proclamación de la Independencia de Checoslovaquia) Aunque la planificación urbanística es de la Edad Media (calles cuadriculadas) en sus avenidas se mezclan construcciones funcionalistas de cristal con edificios Neorrenacentistas o la famosa fachada Secesión del Hotel Evropa que es una joya.

Un sitio simbólico es la plaza de Venceslao (Antiguo mercado de caballos medieval) situada entre dos grandes arterias Na Prikope y Narodni,  paseo de alemanes y de checos, respectivamente, en el siglo pasado. Venceslao fue un duque piadoso y cultivado que favoreció la evangelización de Bohemia. Hoy en día el nombre de Václav (Venceslao) sigue siendo uno de los más corrientes. En esta plaza hubo grandes manifestaciones a favor de la independencia. Se protestó por el aplastamiento de la Primavera de Praga (La Primavera de Praga fue un período de liberalización política en Checoslovaquia, durante la Guerra Fría) Se manifestaron durante la Revolución de Terciopelo exigiendo la marcha de los comunistas…etc.

Y lo que nos interesa hoy por hoy de esta plaza, es que a su alrededor las calles forman un laberinto de pasajes comerciales que solo conocen bien los praguenses (te pierdes) donde destaco el Palacio Koruna, convertido en centro comercial, con su maravillosa cúpula de cristal. La avenida peatonal llamada “paseo de los alemanes” va desde la plaza Venceslao a la Casa Municipal y es una de las más animadas de Praga donde están las marcas internacionales de moda.

*La gastronomía checa se basa principalmente en la carne de cerdo y en la de pollo y ternera. El plato más típico de Praga es el Goulash en sus múltiples variantes. La base es un estofado de carne vacuna, cebollas, pimiento y pimentón.  Knedlíky: Bolas de harina hechas a base de patatas o pan rallado. Kulajda: Sopa cremosa preparada a base de puré de patatas, setas y leche agria.

Degustar una buena (excelente) cerveza de medio litro en Praga cuesta entre 25 y 40 coronas (poco más de 1€). La Pilsner Urquell es la más famosa de Praga.

En ciertos bares se ve a jóvenes que piden un vasito de líquido esmeralda, le prenden fuego y se lo toman cuando la llama se extingue. El ajenjo, lo que llamamos aquí la absenta. Era la musa verde de los artistas y hacía tantos estragos (70º de alcohol) que a principios de siglo se prohibió su ingesta porque decían que poseía efectos psicotrópicos.

La comida rápida en la calle es buena y económica.

Completa tu experiencia saboreando los dulces típicos, los knedlíky, albóndigas dulces de harina. Kolache: Pastel relleno de compota de frutas o Palačinky: Crepe que se rellena de helado, fruta asada o mermelada.
 
Otra de las visitas acostumbradas en la Ciudad Vieja, es el recorrido por las sinagogas, el Antiguo cementerio judío y el Nuevo Cementerio Judío, donde están enterrados los restos del escritor Franz Kafka. Este cementerio fue fundado en 1890 cuando el Antiguo Cementerio Judío, en la que hoy es la calle Fibichová, dejó de funcionar.

Curiosidades:

*Pedir factura en los restaurantes para evitar que al sacar la cuenta de cabeza se equivoquen.

*Moneda: La corona. Un euro equivale (+ -) 35Kc.

*Los transportes y entradas a museos son muy económicos.

*Una singularidad praguense son las casas cubistas, cuyas audaces fachadas están marcadas por prismas y aristas. Estas se encuentran al salir de Praga por la puerta norte.

*La entrada al Castillo es libre.

*Entrar a las tiendas pronunciando un “dobrýden” (buenos días) te garantiza una sonrisa y una buena atención.

*Cuando yo visité Praga, las calles del centro estaban repletas de esculturas de vacas realizadas en fibra de cristal debido a una exposición artística itinerante llamada "Cow-Parade". Otorgaba originalidad y ambiente festivo y artístico a la ciudad.
*En Praga puedes manejarte con el inglés e incluso con castellano.

*Palabras de interés

  • Sí - Ano
  • No - Ne
  • ¿Cómo te llamas? - Jak se jmenujete?
  • ¿Cuánto es? - Kolik to stojí?













Milán

¡Por fin una escapada a Milán! después de tantos años que lleva proponiéndome la experiencia mi querido amigo Claudio. Sí, es cierto, quiz...